A modo de resumen de otro año que se nos va yendo vienen en mi mente experiencias vividas que difícilmente podre olvidar. Y en ese contexto haciendo un balance me doy cuenta que el éxito más grande del proyecto Una Computadora por Niño es la de hacer que nuestros niños, si nuestros niños y niñas, aquellos que se encuentran en lo más lejano de nuestra ciudad tengan la misma oportunidad que tienen los niños y niñas de, por ejemplo, Suiza o Japón.
No hay logro más grande que ese, también encontramos en el mismo nivel, el de hacer que el niño/a desarrolle su conocimiento a su ritmo y necesidad, el o ella es la protagonista y con ello no hay cosas imposibles, si el niño de Yhaka Roysa le gustaría ser Ingeniero Aeroespacial, puede serlo el único limite es el que le ponemos nosotros los grandes.
Por eso mismo es que este proyecto rompe con muchísimos paradigmas en nuestra educación, se encuentra principalmente en ocasiones en el que el alumnos sabe mucho más que el docente, eso a veces cae mal. Pero ya decía el genio Leonardo Da Vinci."Pobre del alumno que no aventaje a su maestro", y por esta razón es que a veces existen tensiones entre los docentes y los formadores, pero es normal y natural, el tema esta en encontrar la forma adecuada de llegar a cada docente.
Es por eso y muchas razones más que apuesto todo a este proyecto, por el bien de la mayoría y por un cambio radical a nuestra educación.
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